No tuve ningún lugar donde esconderme del trueno, así que ya no le temo
» Gengis Kan
No pienso asegurarme. No buscare caminos salvos, fijos y con resultados ciertos que me protejan de la inseguridad de lo que aún desconozco.
Saltaré al vacío sin red con la seguridad de que al caer me espera un campo lleno de flores, los mejores aromas, la gente que he buscado toda mi vida en rostros y nombres equivocados, en aquellos que estaban cerca porque así era mas cómodo, mas fácil.
Tampoco voy a limitar mi mundo a cercanías, ni de espacios ni de tiempos.
Mis vínculos serán con aquellos que se me parezcan en el espíritu y que difieran de mi en todo lo que quieran, porque me gusta lo diverso, lo distinto.
Hace tiempo que he dejado mi butaca desocupada para que se siente allí quien quiera, y ando caminando, en la búsqueda de lo que me engrandece el corazón.
Le he puesto caras al amor que creía eterno, para luego descubrir que no lo era, que eran personas temporarias que me dejaron su belleza y siguieron su camino. Y he dejado de culparme por ello. He callado los ecos internos que repetían frases hechas como lo inestable de mi conducta, para darme cuenta de que quizás, fueron los otros también responsables de no poder retenerme.
Si tan solo hiciéramos el ejercicio de mirarnos mas seguido de lo que nos mostramos a los otros... O de valorarnos sin que nos importe ni siquiera un solo aplauso, aunque nuestros actos pasaran desapercibidos.
Si hiciéramos eso, te aseguro que vos y yo descubriríamos que estamos para otra cosa, muy distinta de la que creíamos. Lo que ocurre es que nuestra personalidad no se lleva a menudo tan bien con nuestro deseo interior mas profundo.
Aparecen siempre los miedos... Los miedos. Te aseguro que a pesar de terapias, meditaciones, consejos, libros y otras yerbas, nuestros temores siguen guiando nuestro barco, con su mirada sarcástica que solo confirma que no aprendimos nada...
Miedo al fracaso, al ridículo, a la soledad, a la muerte, al amor, al desamor, al olvido, al desprecio, al éxito, a tantas cosas.
Así que bien, con tantas heridas como se puede ya tener... Con tantas marcas, de lecciones aprendidas y no tanto, he decido que no pienso asegurarme. De nada.
Ni de mí, ni de ti, ni de él...
Porque si aún no lo has entendido, quiero contarte algo. No puedes aunque quieras y nunca podrás saber exactamente que pasara.
Así que te propongo que dejes de buscar agradar a todo el mundo, y extiendas tus limites a zonas marginadas de tu mente. Esas zonas que solo tú conoces y que no te atreves a dejar salir. Quítale la llave de esa puerta al miedo, y salta conmigo. Tal vez a ti también te espere un campo de flores bellas con aroma a hogar.
Te espero allí...
Claudia Luna
Yo también te espero allí, tal vez la vida nos de la oportunidad de encontrarnos en este mundo o en otros...muchas gracias por compartirlo!
ResponderEliminarBuena propuesta; a veces sirve verse a través de los ojos de alguien más que de los propios que tanto engañan y tanto juegan a mostrar todas esas razones que a los miedos alimentan, con sus estratagemas de convencernos ser peores o no tan buenos como todos aquellos que ya han saltado, y han logrado llegar a la otra orilla, sin pensar siquiera que todo es ilusión y como tal se puede disolver con un soplido de realidad, valentía y certeza de que cualquiera que lo haya hecho antes lo hizo con las mismas dudas y tal vez menos armas que las que disponemos los exageradamente precavidos... Que tus palabras se hagan lema y éste se convierta en aire bajo nuestros pies.
ResponderEliminarME ENCANTO!!!! me haz dejado sin palabras!! (te lo tomare prestado para mi fac)
ResponderEliminarun abrazo grande a esa sencilla humana forma perfecta que tienes de expresarte..