1.- Nadie más que yo puede transformar mi vida. Fuera de mí no hay nadie, fuera de mí no hay nada. Solo yo elijo como vivir, cada segundo, cada momento.
Cuando regreso a mí misma, a mí mismo, me conozco, me rescato, me recupero y me re-conozco, y ya no actuó desde mis pensamientos, teñidos por los juicios y prejuicios de una mente condicionada, sino que actuó desde mi "Ser", y así mis acciones son libremente elegidas desde la guía perfecta de mi conciencia interior.
2.- Yo fui creada, creado por el creador del universo y por lo tanto vengo de la fuente inagotable de conciencia y sabiduría, tengo el ADN de Dios en mi y al proceder desde la luz y perfección infinita, sin tiempo y sin espacio, todo mi ser es luz y conciencia, perfección y potencia, posibilidad y creatividad, soy magia, no polvo.
3.- Mis miedos, mis problemas y mis angustias, vienen del ego, de una personalidad que ha olvidado que es hija, hijo de un Dios poderoso, del rey de reyes, y al olvidar ese hecho fundamental, he disminuido mis capacidades, achicado mi imagen, coartado mis fuerzas, entorpecido mis acciones, perdido mi fe, mi confianza, y cedido mi reinado por unas cuantas baratijas materiales, un poco de compañía y unos momentos de seguridad.
4.- Yo Soy mi Ser interior. En ese Ser soy la mejor versión de mí mismo.
Soy infinitas posibilidades, infinitas versiones de mi. Es solo mi materia, mi cuerpo, mi forma temporal, quien a escogido una de esas posibilidades que soy, para existir y poder llevar a cabo la evolución, pero mi ser, mi alma, es potencia pura, no tiene tiempo, ni muere. Desde allí puedo sanarme, y sanar al mundo, porque desde allí soy puro amor, unidad con Dios y con el cosmos.
5.- Mi ego, mi forma, mi materia, es temporal. No puedo aferrarme a nada que sea temporal porque eso sería locura. Es como pretender que nunca llegue el invierno, o que nunca sea de noche, o de día. Todos mis sufrimientos son consecuencias de aferrarme, de apegarme, de no aceptar la temporalidad de las cosas.
6.- Renuncio a pensar con cabezas ajenas. Dejo de mirar que hace el otro. Me miro yo, como si solo existieran yo y mi espejo. No hay nadie más.
Y al hacer eso dejo que el otro se ocupe de él. De esa manera mis relaciones serán un compartir, no un corregir. Un disfrutar, no un controlar. Un goce no una tortura. Un aprender juntos no un dictarle al otro como debe vivir.
Dejo de generar intercambios de locura y enfermedad, dependencias amorosas, cómplices del delito, contratos cómodos que me mantienen seguro pero infeliz, relaciones conflictivas para distraerme de mi mismo.
Genero solo relaciones de paz, un mutuo entendimiento, un oasis en el desierto de la vida. Me doy al otro sin espera ni reproches.
Me doy o me voy !! No hay otra opción.
7.- Este universo fue creado para mí. Esta puesto a mi servicio. Este cuerpo también. Las personas que me rodean también. Todo fue creado para colaborar a la evolución de mi conciencia. Pero NO me pertenecen. Es solo un préstamo. Todo es prestado.
Están aquí para que yo crezca en la luz y aprenda. Debo cuidar lo que tengo porque es sagrado y devolverlo mejor de lo que lo encontré. Ese es mi aporte a la evolución. Si yo me apropio, me adueño, sufriré porque nada es mío.
8.- Nada es irremediable. Estoy siempre aprendiendo y por ello se me permite ir y venir cuantas veces sea necesario en estos caminos de la vida, hasta que yo aprenda. No tengo porque sentirme triste o culpable. Que todos esperen. Yo estoy aprendiendo.
9.- Nada es tan serio, ni terrible, ni dramático. Todo es reversible, puede ser mejorado, y siempre tengo tiempo, hasta el último minuto de mi vida.
Y si no sale todo como lo deseo, está todo bien!. Todo es como es. Nada para quitar, nada para agregar. Nadie muere incompleto ni en la víspera. La vida se desarrolla naturalmente como debe ser, aunque yo no la comprenda.
10.- Nada es urgente. He vivido lleno de urgencias sin sentido. De aquí en más, me tomo todo el tiempo que yo desee para hacer las cosas. Todo puede esperar. Atiendo el teléfono cuando yo quiero. Contesto un mensaje cuando yo lo deseo. Cocino en mis tiempos. Respondo cuando estoy listo. Me tomo el tiempo que necesito para cada actividad y hago una cosa a la vez. Todo puede esperar. Me concedo las pausas que me hagan falta. No elijo más el estrés. Desde hoy elijo la calma.
11.- Renuncio a las trampas de la mente que me llevan al pasado y sus arrepentimientos y angustias, y al futuro y sus preocupaciones y ansiedad.
Dejo de tenerle miedo al pasado, dejo de querer predecir el futuro.
Ya no elijo vivir con miedo a lo que puede pasar. Que pase lo que pase. Yo no voy a evitarlo con temerle.
Vivo hoy. No sé qué sigue después.
12.- Elijo lo que me hace bien y rechazo lo que hace mal. Busco espacios de salud física, mental y espiritual.
Me tomo tiempo para las necesidades de mi alma. Soy un ser espiritual y tengo deseos de transcendencia, de elevarme más allá de lo cotidiano. Busco lo que me llena el espíritu. Dejo atrás la necesidad de llenar vacíos con cosas que nunca me alcanzan para sentirme pleno. Elijo amarme, cuidarme y darme los gustos que me nutran, me curen, me den bienestar duradero y me hagan feliz.
Con Amor
Claudia Luna 🌹
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Bendiciones 🙏
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