1.- Saber quién eres y cuál es tu misión en esta tierra, para que vives, por qué estás aquí. Ser capaz de relacionarte desde el ser, y "sentir" que resuena contigo, acercándote a ello, y que no se te parece, y alejándote de allí.
2.- Despertar cada mañana con deseos de vivir, con gratitud y emoción de comenzar un nuevo día.
Saber que el nuevo día es un lienzo en blanco para que lo pintes con los colores que desees.
3.- Irte a dormir por las noches con la tranquilidad de haber dado lo mejor de ti, perdonando tus errores, aceptando lo que no pudiste lograr, y entregando todos tus anhelos en las manos de Dios y la sabiduría del universo.
4.- Incorporar en tu mente, tu cuerpo y tu alma aquello que te nutre, te fortalece y mejora, y eliminar de tu mente, tu cuerpo y tu alma, todo aquello que te sobra, los desechos y lo que no te hace bien. De esa forma estar siempre limpio, nuevo, vacío, para que Dios entre en ti.
5.- Ser capaz de no buscar donde no hay, de reírte de ti misma/o y tus errores y no dramatizar, de saber caerte con gracia y levantarte con más fuerzas, de poder no ser siempre perfecto, o no querer tener la razón. Y ser feliz en ese desparpajo, en esa liviandad.
Libre de equipajes inútiles y de tantas razones insuficientes.
6.- Poder estar solo. Aceptar los "NO".
Que NO te quieran, que NO seas tan importante, que no puedes controlar las cosas, que a veces NO sale todo como tu quieres o deseas.
Hay mucha inteligencia detrás de esos "NO", que solo podrás verla cuando dejes de pelearte con ellos.
7.- Mirar lo que SI tienes en lugar de siempre renegar por lo que te falta.
Hacer de tu vida un jardín en lugar de esperar que te traigan flores.
Ser las flores que atrae a las mariposas y no la queja que aleja a quienes te rodean.
8.- Ser fuente de paz y no de discordia. Ser motivo de luz no de confusiones.
Que tu creatividad este puesta al servicio de la humanidad.
Que tus manos estén puestas al servicio del otro, no todo el día haciéndote sana sana a tus heridas. Ser capaz de crecer y deja de llorar como niño. Ser ejemplo de fortaleza y humildad.
9.- Vivir en el mundo y en la materia, jugar, sentir, dar, vibrar, aprender, pero sin olvidarnos que estamos aquí para irnos. No apegarnos a lo temporal sino desarrollar lo eterno. Seres espirituales viviendo una experiencia terrena temporal.
10.- Vivir desde adentro hacia afuera. Desde lo oculto a lo manifiesto. Desde lo profundo del ser hasta la exteriorización de las formas.
Buscarnos adentro y darnos hacia afuera.
11.- Desarrollar el poder de la Intención con desapego del resultado. No reaccionar sino vivir en la confianza de que hay una razón para todo lo que me ocurre y que todo es para mí bien y para colaborar con mi fin último en esta vida.
12.- Vivir cada día en alegría, calma, con fe en Dios, en el universo y en mí mismo. Leer las señales del camino. Aprender de todo. Bendecir todo. No entretener pensamientos inútiles sino centrar mi atención en el momento presente, con toda mi presencia puesta en el AHORA. En un estado de conciencia y de testigo en silencio de los acontecimientos.
Con mis acciones dirigidas desde una mente tranquila, enfocada y despierta.
Desde allí habré vencido al miedo, al sufrimiento y me convertiré en puro amor. Y el amor me sanara a mi, a mis seres amados y a todos aquellos que mi vida toque. Y desde ese nivel de conciencia elevaré la vibración del planeta, aportando mi granito de arena para un mundo más humano, más justo, más consciente y en paz.
Claudia Luna 🙏🌹
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Bendiciones 🍀
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