miércoles, 7 de diciembre de 2016

Despierta... By Claudia Luna


Despierta ... By Claudia Luna 

Cuando fuimos creados, el alma tomó como forma un cuerpo, que tiene a su vez todo un sistema, de una perfección increíble, que hace que magistralmente todo funcione en forma organizada para que podamos seguir con vida. 

El propósito del alma es la conciencia y para poder lograr la evolución, es necesario un instrumento y este es nuestro cuerpo. Un maravilloso instrumento al que debemos cuidar y valorar ya que es el templo del Espíritu de Dios. 

Uno de los componentes de este maravilloso cuerpo, el cerebro, permite, como todos sabemos, que podamos realizar todas muestra funciones. Sin él, yo no podría hoy escribir este mensaje. 

Pero este maravilloso órgano, nuestro cerebro, consume mucha energía. Es por eso que nos sentimos agobiados ante tantos problemas. Es por eso que estamos cansados. 

Tanto pensamiento nos succiona la energía vital. Y al final no nos quedan fuerzas para accionar. 

Es por eso que muchas veces no hacemos lo que decimos. Porque lo pensamos tanto, y pensamos sobre tantas cosas, que cuando vamos hacia la acción, ya estamos agotados. 

Dicen que usamos aproximadamente el 10 % de nuestra capacidad cerebral y hay toda una serie de entrenamientos para potenciar su uso. 

Yo pienso que tanta exigencia te desgasta y es inútil. Además de limitada, porque nunca podremos alcanzar el máximo
potencial del cerebro, por ende nunca estaremos satisfechos.

Yo te propongo que en lugar de hacer eso, uses menos el cerebro. 
Es decir, lo uses solamente en momentos en que una acción se requiere. Para hacer tal o cual cosa. Para trabajar o para construir o para resolver algo específico cómo reparar tu auto.

Pero el resto del tiempo no lo uses. Salva esa energía, y deja que tu alma se apodere de todo tu ser y lo guíe. 
El resto del tiempo conviértete en testigo silencioso. Observa y no pienses. Vuelve siempre al silencio. 

Deja fluir la vida y fluye tu con ella. 
No hay nada fuera de ti. Fuera de ti todo es un sueño.

Las horas que pasas tratando de encontrar una solución desde la razón, desgastan tu energía y te agotan.

Ve hacia la fuente de energía inagotable, al reino donde no hacen más falta las respuestas, simplemente porque no hay preguntas. 
Porque existes y eres más allá de preguntas y respuestas, más allá de problemas y soluciones. 

Ese acto de presencia te llevará al hogar del "Hoy", donde residen todas las posibilidades que tu ser no ha tomado. 
Como si fueran realidades paralelas, allí viven todos tus posibles "Yo"

Mi propuesta es que no elijas a ninguno de esos "Yo". 
Que seas todo en potencia. Qué no límites tu existencia a solo una o dos de tus posibilidades, sino que te conviertas en la vida misma, y que el ritmo del universo viva en ti. 

Como decía el gran poeta Sufí Rumi: 

"No eres una gota en el océano, eres el océano en la gota"

Espero puedas comprender que todo el universo habita en ti. Y tú decides conformarte con ser solo tu "forma"

Cuando te llenas de conocimiento y solo te guías de la mente pensante, te pierdes de la sabiduría de Dios que te susurra a diario tu ser interior.

Solo que no podemos escucharlo. Se precisa de silencio para escuchar los mensajes. Es necesario haber desarrollado una habilidad para entender las señales que la divinidad nos envía a diario.

Estamos tan llenos de ruidos, que no dejamos que el silencio, con todos los milagros que trae, pueda materializarlos en nuestra vida. 
Y también les hacemos ruidos a los otros. Predicándoles constantemente cómo deben ser y que deben cambiar esto o aquello.

Al hacerles ruido, al no dejarles solos, ellos no pueden encontrar esa quietud en su ser y cualquier sugerencia de nuestra parte que no respete ese derecho del otro a encontrarse a sí mismo a su propio paso, es violencia. 

Dicen que cuando no vemos las bendiciones, estás de convierten en maldiciones. 
Esto es solo metafórico pero en realidad significa que al no ser capaces de ver con los ojos del alma, y sentir desde la sabiduría de la conciencia, nos perdemos los milagros, las bendiciones y esto significa perpetuar el sufrimiento y auto infligirnos dolor. 

 Elévate como el ave fénix que renace del fuego y las cenizas.
Calla tu mente y cállate ante los otros.
Haz silencio.
Deja que tu alma sedienta de Dios, pueda nutrirse del néctar de lo divino. 

Puedes escuchar la música de la conciencia en tu alma..? 
Sus gritos silenciosos solo dicen 
"Despierta"


Claudia Luna 

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