martes, 13 de diciembre de 2016

En Busca de Dios... By Claudia Luna


En Busca de Dios... By Claudia Luna

Las personas desean un Dios que encaje en sus vidas, que haga algo por ellas, que cumpla sus deseos, que les haga milagros. 

Para eso el hombre está dispuesto a "portarse bien" a no cometer pecados o a no hacer males para no ser castigado. 

El hombre imagina a Dios como algo externo. No puede aún cabalmente concebir que Dios está en él y en el mundo, de una manera tan intima y perfecta que solo se puede comprender después de hacer ese viaje de regreso a  uno mismo, a nuestro ser interior, que es donde se encuentra el hilo conductor con lo divino. 

La ciencia y muchas veces la psicología,   afirman que la mente humana busca la inmortalidad y por ello se aferra a Dioses para alcanzar la eternidad. 

Lo cierto es que más allá de la lucha entre la religión y la ciencia, hay una verdad absoluta que solo la puedes sentir y ver con los ojos del alma. 

Como dice el maestro Deepak Chopra
"Dios no es difícil de conocer, Dios es imposible de evitar" 
El ser humano podría ver a Dios todos los días, pero simplemente no lo reconoce. 

Se lo pierde. Se aturde, se llena de ruidos y frivolidades en un mundo material donde ser exitoso es siempre sinónimo de tener y no de ser. 

Ser es casi un error, es comparado a la dejadez y al conformismo, sin entender que desde allí, desde el Ser, es cuando realmente podemos alcanzar el mayor potencial que tenemos y cumplir con la misión para la que fuimos creados. 

Estar en el Ser, no es alcanzar una zona de confort, ni estar todo el día diciendo "Ommm"... sino ser capaces de lograr el milagro de vivir plenamente la vida, de dar lo mejor que tenemos, de ponernos al servicio de los demás y solo así poder ser verdaderamente felices.

Es alcanzar un estado de gracia, de permanente meditación y oración, y cada vez que nos salimos de allí, tratar de volvernos suavemente a donde pertenecemos, a ese que es nuestro hogar. 

Luego el progreso económico y la abundancia en todos los órdenes de la vida, serán la recompensa. 

Dios no es un ser inalcanzable ni es solo un lugar al cual llegar, es el camino, la verdad y la vida como decía Jesus en el segundo testamento. 

El hombre vive entre la materia y el espíritu tratando de equilibrar ambos sin disociarse o volverse loco en el camino. 
Entre lo mundano y lo mágico, a sabiendas que ambos habitan en él, en un viaje intangible por la eternidad donde la muerte no existe.  

Ese viaje es muchas veces solitario por eso el ser humano se asocia en grupos, busca unirse a religiones o comunidades espirituales que le contengan. 

Lo infinito es tan sobrecogedor que el hombre precisa que alguien le sostenga, porque solo no puede asimilar que es Dios en potencia y a su vez obra de un creador sin tiempo y sin espacio que jamás le deja solo. 

Dios nos ama a cada uno de nosotros como si solo existiera uno de nosotros, decía San Agustin.

Y eso debiera bastarnos para sentirnos amados, completos y en paz.
Y así tomar cada religión como un camino espiritual que nos lleva a todos hacia un mismo fin, la luz. 

Tú puedes tomar el camino que mejor te parezca, y como dice el aforismo "Todos los caminos llevan a Roma", pues bien todos los caminos llevan inexorablemente a Dios. 

Pero no es necesario que mueras en la carne para que esto ocurra. Es en realidad un viaje sin comienzo y sin fin, porque no es en el tiempo sino más allá de él. 

De ti depende que ese viaje sea maravilloso, lleno de aceptación y felicidad, pleno de conciencia y contigo como protagonista de tu vida, presente, atento, y en comunión con los otros seres, y con todo el universo, pero aún más importante, en unión contigo mismo, sin desencuentros y luchas internas, sino con mucho amor por ti, por ese ser mágico e iluminado que eres. 

Namaste 🙏

Claudia Luna 


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