sábado, 10 de diciembre de 2016

El Miedo a Sufrir. By Claudia Luna



Tus miedos y tus ansiedades no son más que fantasmas creados por tu mente, y se originan en la imposibilidad de poder sufrir. 

El ser humano evita el sufrimiento. 
No quiere verse, porque teme ver en él, rasgos y recuerdos que le provoquen sufrimiento. 

Al evitar sufrir, al evitar enfrentarse con la realidad, el ser humano se llena de neurosis y de manías, se encierra en sí mismo y se aleja de los otros, o se disfraza, permitiendo que solo vean una parte de sí. 

La neurosis, los miedos, las fobias, son en realidad la sustitución de genuinos sufrimientos. 

La mente genera toda una serie de pensamientos, ideas y deducciones erróneos que dramatizan todo y atormentan diariamente nuestra vida. 
Eso es la neurosis y afecta nuestra relación con los otros y con nosotros mismos. 

Estos pensamientos son ecos de sufrimientos  que se originan en traumas no resueltos de la infancia.

Si de niños no hemos tenido un trampolín que nos prepare para saltar a la vida con toda la seguridad y confianza de ser perfectos tal cual somos, de ser amados como somos y de ser aceptados con toda la integridad de nuestro ser, entonces esa inseguridad creadora de miedos, hace que nuestros pensamientos estén nublados de ansiedades, temores e indecisiones. 

Tenemos miedo a sufrir y ese miedo se 
convirtió en el sufrimiento mismo. 
Ese miedo se expande a todas las áreas de nuestra vida y nos ensucia la cancha... Nos confunde y paraliza. 
Ese miedo está desproporcionado de la realidad. 

Como el niño que tiene miedo por las noches y mira siempre bajo la cama y el está seguro de que ve una sombra allí debajo, y esa sombra es un monstruo que puede atacarle cuando se quede dormido. 

Es solo un peluche que quedó allí debajo pero el niño magnífica todo y ve un monstruo. Es su miedo lo que hace que no pueda ver lo que es. 

Así también nosotros, cuando le damos más energía a ciertos pensamientos, los  convertimos en gigantes que nos siembran el terror y el horror y nos paralizan. O simplemente nos succionan la energía vital y nos vuelven personas sin motivaciones ni fuerzas. 

El ser humano elige enredarse en historias banales que les cuentan sus pensamientos y viven una novela ficticia toda la vida, incapaces de acallar su mente, se tornan esclavos de ella. 

Todo es exagerado. Todo eso que te dice tu mente es solo una interpretación teñida por tu juicio nublado por la falta de conciencia, por el miedo a sufrir.  

El Ser consciente es siempre feliz.

Puede tener momentos de tristeza, alguno que otro dolor propio de la vida misma, algunos inconvenientes, a veces sentirse cansado o un poco irritado, pero todos estos estados los reconoce momentáneos, pasajeros y sin importancia, cuando los mira desde la conciencia. 

Su ser interior permanece inmutable. Nada perturba la alegría y la paz de su ser, lleno de conciencia, vacío de pensamientos, es decir de sí mismo, y lleno de paz. 

Pero para eso debes enfrentarte cara a cara a tus miedos. 

De esa forma, se pone fin al sufrimiento. 
Es sufrimiento siempre viene de pensamientos. 
El sufrimiento es necesario solo sentirlo una vez, y eso es cuando hacemos ese viaje de introspección al vernos al desnudo, y sin atenuantes ni estimulantes, agarramos la vida en crudo y superamos de una vez todos nuestros traumas y complejos del pasado.

Nuestra infancia nos ha marcado pero no con fuego. Es decir, siempre, siempre, siempre tienes una opción y una oportunidad de cambiar tu vida y ser feliz. 

No importa lo grave de lo que te haya sucedido, los seres humanos tenemos una capacidad extraordinaria de recuperación que viene de la energía sanadora de Dios. 

Cava profundo en tu ser hasta el nudo mismo del sufrimiento. 
Baja hasta las profundidades de tu historia y mira cara cara a ese monstruo que te estuvo aterrorizando todos estos años. Súfrelo, enfréntalo. No te pasará nada. No morirás. Ya no eres un niño. Ahora puedes. 

Pero luego de eso, ya no hay porque sufrir. Porque ya logramos despegar de todo lo que nos tenía atrapados. 

Es como si aquel niño del que hablábamos tuviera el valor de, en lugar de taparse hasta la nariz o prender todas las luces y cerrar los ojos para no ver, en lugar de esto, decidiese meterse bajo la cama, y aunque estuviese oscuro, estirar la mano hasta agarrar al monstruo y aún sufriendo hacerlo, y finalmente al tocarlo descubriera que era solo un viejo oso de peluche que estaba olvidado allí. 

Todos tus temores, absolutamente todos, son un fantasma. 
Nada te pasara. Y si te pasa algo, pues entonces lo solucionas si es que tiene solución, o lo aceptas, si no la tiene. 

Así de simple como eso. No te aferres al drama ni pienses que hay mucho más que investigar, muchos años de terapia que hacer, ni nada. 

Qué es lo peor que te puede haber pasado ? Cuál es el peor de tus miedos..? 
Mira este hecho cara a cara y acepta. 
Ve hacia el núcleo del miedo y dale la cara. Dile a ver... Aquí estoy !!! Que quieres..???? Que quieres de mí ..? 
Porque yo ya no temo. Yo ya no quiero sufrir más. Yo quiero ser feliz. 

Y deja de inmolarte por personas!. 
Deja de "acompañar en el sufrimiento" !!! No ves cuando alguien muere tu le dices "Te acompaño en el sufrimiento". 
Y así lo haces. Y acompañas en el sufrimiento a tus padres, y hasta te dañas o traumas si es necesario con tal de a acompañarlos en el sufrimiento. 

Y acompañas en el sufrimiento a tus hijos. Y si ellos eligieron un mal camino, ahí vas tú con ellos porque debes tener la culpa.

Y así transitan tus días entre el miedo y la culpa, con una lista enorme de neurosis, con miedo... Con falta de amor, y de paz. 

Hay una salida. Ven, toma mi mano, vamos juntos a caminar hasta que nuestra luz ilumine el sendero oscuro donde hizo nido en ti el sufrimiento. 

Sálvate ! Se valiente y luego todo se te dará por añadidura. 
Cura de una vez esos traumas, dale vamos !! Córtalos de raíz 

Párate erguido ante tu Ser y di basta. 
Tú puedes ! No necesitas de nadie. 

Namaste 

Claudia Luna

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